CANARIOS

DEL

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jueves, 22 de octubre de 2015

- CIEN LAZOS AMARILLOS -

Canarias, 22 de octubre de 2015


Esta es la  leyenda de un hombre que tuvo que participar como 
"soldado" 
en una guerra absurda que sostenía contra su propio pueblo.


Cuando esto sucedió,
él tenia familia, mujer e hijos, 
quienes sufrieron mucho al vivir una experiencia tan dolorosa.


Después de algunos años 
- cuando "su guerra" terminó - 
nuestro personaje recibió autorización para regresar a casa, con su familia,. 
Regresar a su pueblo.


 El pobre hombre no cabía en si de gozo, pues pensó:

”Pronto volveré a reunirme para siempre con mi familia, con mi adorada familia” 


Sin embargo,  antes de salir del 
"batallón"
 les envió una carta a sus hijos y esposa diciéndoles lo siguiente:


“Querida familia, me informan que muy pronto podré abandonar este lugar 
"infernal"
 para rehacer mi vida como cualquier mortal común y corriente.
 Mi primer impulso ha sido volver con ustedes y disfrutar el resto de mis días en vuestra  compañía, viviendo juntos y 
 tratar de recuperar el tiempo perdido.

No obstante, ese es sólo mi anhelo, comprendo que ustedes tal vez ya no sienten la necesidad por mi,  debido a tantos años que he vivido en su ausencia, y por la que ustedes han tenido que estar sin mi apoyo”

“Entendería si ustedes deciden no abrirme las puertas de la que un día fuera mi casa, mi hogar, en donde tal vez ahora sólo sería un extraño"

 “Sin embargo, no quisiera apenarlos ni obligarlos a que me lo dijeran personalmente….Yo tampoco lo podría soportar”.

"Por favor, como señal de que ustedes aún desean que viva a su lado, coloquen un 
GRAN LAZO AMARILLO 

a la entrada de la puerta". 

" Si no veo desde lejos, entenderé que no soy bien recibido y seguiré mi camino hacia una nueva vida, lejos de ustedes. Los amo de cualquier manera, y siempre será así"

¡¡Que Dios los bendiga a todos!! 

Finalmente llegó el día de su regreso y abordó muy emocionado el vehículo que lo conduciría a su pueblo.

Ya cerca del barrio donde vivía su familia, era tal su nerviosismo que no se atrevía a mirar si la puerta tenia o no amarrado el lazo amarillo, y suplico a otro pasajero, compañero suyo, que se fijara si así era.

 Cada vez la guagua estaba más cerca, y al llegar frente a la casa, el otro pasajero informó al angustiado hombre:

“Pues no, no veo un lazo amarillo amarrado a la puerta, será mejor que tú mismo veas lo que yo veo ahora”.

El hombre pensó que todo estaba dicho, y con infinita tristeza se atrevió débilmente a mirar de reojo hacia la que fuera su casa, pero no con un lazo amarillo atado…….la puerta estaba TOTALMENTE CUBIERTA DE LAZOS AMARILLOS. 


Dedicado a todos los 
AMIGOS DE MONTESQUIEU 
que sueñan con una 
DEMOCRACIA REAL EN CANARIAS 
- UNA DEMOCRACIA DEL 15 -  

UNA CANARIAS DEL 15 EN UNA ESPAÑA DEL SIGLO XXI 


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